delfines

domingo, 6 de marzo de 2016

El sistema de comunicación de los delfines



 

Los humanos no somos la única especie capaz de comunicarnos con nuestros semejantes por medio de un lenguaje sonoro, los delfines utilizan un sofisticado sistema de comunicación.
Las investigaciones más serias sobre estos otros lenguajes comenzaron en 1.950 con el neurofisiólogo estadounidense John C. Lilly en las Islas Vírgenes. Lilly llegó a la conclusión de que los delfines poseen dos sistemas de comunicación: el primero propiamente verbal, mediante la emisión de unos silbidos a través de sus espiráculos nasales. Este tiene lugar casi siempre en el agua, aunque en presencia de seres humanos pueden emitir sonidos a través del aire. El otro se basa en una serie de chasquidos que configuran un sistema de comunicación semejante al radar o sonar de un barco.
El delfín junto con otros cetáceos pueden determinar no sólo la distancia y el rumbo, sino también el tamaño, la forma, la textura y la densidad de los objetos. Una sola sucesión de ecos produce una compleja imagen mental de un objeto, pudiendo identificar objetos incluso a oscuras.
Existen al menos cuatro tipos de información en el eco: la dirección de la cual procede, el cambio de frecuencia, la amplitud del sonido y el tiempo transcurrido entre la emisión y el retorno. Mientras el delfín explora, determina la dirección que siguen los ecos que regresan y, de este modo, la orientación del objeto que desea examinar. Los cambios de frecuencia hablan de su tamaño y su forma. La amplitud del sonido y el tiempo transcurrido dan indicios sobre la distancia.
Las frecuencias bajas tienen largo alcance pero no son direccionales, sin embargo los ecos de alta frecuencia sirven para corto alcance pero alta definición.
A diferencia del sonido de alta frecuencia, es probable que las vibraciones de baja frecuencia se reciban primero en el oído interno. Para poder recibir e interpretar todos estos ecos, el cerebro del delfín tiene un lóbulo auditivo mucho más grande que nuestro cerebro.

El lenguaje
La capacidad para expresarse oralmente aparece en los animales cuando el cerebro alcanza entre 700 y 800 gramos. El cerebro ha de tener también un tamaño que le permita absorber, almacenar y recordar todos los elementos del lenguaje y una capacidad ordenadora para elaborar significados a partir de la experiencia y transformarlos en sonidos.

Los primates poseen un cerebro de entre 350 y 400 gramos, sin embargo, el cerebro del delfín puede llegar hasta los seis kilos. Y lo que es más importante, en estos cerebros se ha detectado la existencia de zonas silenciosas en la corteza cerebral que no aparecen en ningún otro animal a excepción del hombre. Estos animales también han desarrollado extraordinariamente esta capa, donde reside el intelecto o la razón, colocándolos, al menos en teoría, muy por encima del resto de los animales en cuanto a capacidad intelectual. 

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