Los tapones de cera en los oídos son más comunes en verano porque la cera acumulada en el oído absorbe agua y se
hincha provocando la formación del tapón. La pérdida repentina de audición es
uno de los síntomas más claros para reconocer que se tiene un tapón en el oído.
La cera actúa como protección natural del oído, atrapando el polvo, los microorganismos y las
partículas extrañas que pueden lesionar el oído. Algunas personas producen más
cera de la que puede eliminarse fácilmente y ésta se endurece causando pérdida
de audición
Mucha gente
desconoce la forma correcta de limpiar los tapones de cera de los oídos y que
limpiarlos incorrectamente puede
afectar negativamente a su audición, ocasionando infecciones,
perforaciones y otro tipo de lesiones. El uso de los bastoncillos no es
recomendable puesto que puede empujar la cera más hacia el interior del canal
auditivo, dificultando su eliminación. En ningún caso debe introducirse otros
productos tales como zumo de limón, aceite o quemar papel en el pabellón
auditivo para que la cera se derrita.
Para limpiar
el oído basta con mojarlo en la ducha y
limpiar la zona más externa del pabellón auricular con una toalla fina.
Existen en el mercado productos para poder realizar este procedimiento en casa
pero si el tapón persiste debe acudir al otorrinolaringólogo.
El
especialista examinará el oído previamente para ver si hay lesiones y
evitar que la limpieza no produzca daños mayores. El método de limpieza suele ser la irrigación, que
consiste en la introducción de agua templada en el oído para reblandecer la
cera y que salga hacia fuera.
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